Asovinos, como agremiación que vela por los intereses de productores, importadores, distribuidores y comercializadores de vino en Colombia, ha decidido extender uno de sus pilares más importantes que es el consumo responsable, a un concepto mucho más amplio e integral.
El consumo responsable ha sido concebido simplemente como una cuestión de limitarnos en la cantidad de bebidas alcohólicas que ingerimos o de no hacerlo en determinados casos. No obstante, una de las cosas buenas que nos ha dejado la pandemia ocasionada por el Covid 19, fue precisamente entender que estábamos equivocados y que el consumo responsable también implica, autocuidado con asistencia a espacios seguros y legalidad, temas que habíamos dejado en las manos de otros.
Desde nuestra óptica, la moderación debe ser un estilo de buen vivir, que nos lleve a realizar todas las actividades cotidianas de una manera consciente, en el caso del consumo de bebidas alcohólicas a hacerlo con el pleno respeto por la vida y la salud que son sagradas. Y ¿por qué no ser moderados también con las palabras? Este principio lo adoptamos cuando acogimos esa visión más amplia del consumo responsable, dado que sabemos que, en la vida familiar y social, muchos momentos de esparcimiento terminan ensombrecidos por el exceso de agresividad en el diálogo, cuando imponemos nuestras opiniones y no aceptamos la diferencia del otro.
Con nuestro segundo pilar que es el autocuidado, exhortamos a los consumidores a visitar espacios seguros, donde se cumplan todas las medidas de bioseguridad. Esto aplica para restaurantes, bares, gastrobares, discotecas y hoteles. Ahora bien, el autocuidado también implica asumir un compromiso más personal, como no salir de casa si tenemos sintomatología o sospechas de enfermedades que puedan ser contagiosas, a usar los elementos de bioseguridad como tapabocas y gel antibacterial y a respetar las normas de bioseguridad que se aplican en los establecimientos que visitemos.
Finalmente, nuestro tercer pilar para hablar de consumo responsable es la legalidad, un tema que hemos delegado a las entidades gubernamentales y a la Policía Nacional. En nuestra industria, uno de los principales problemas de ilegalidad es el contrabando y la producción de licor adulterado. Por lo anterior, evitemos el consumo de bebidas alcohólicas que tengan dudosa procedencia, que no cuenten con los sellos oficiales y las demás características que debe tener una botella legal; visitemos sitios seguros y certificados y denunciemos para evitar que estas redes de ilegalidad sigan creciendo. La moderación, el autocuidado con asistencia a espacios seguros y la legalidad son la única garantía de que las bebidas alcohólicas no sigan siendo satanizadas, sino que, por el contrario, sean un motor de desarrollo y progreso para el País, mientras que para las personas sean facilitadoras de espacios de relación social, placer y bienestar.