El vino, la bebida más civilizada que existe

Qué mejor manera de comenzar a escribir sobre la bebida que Osiris en Egipto, Dionisos en Grecia y Baco en Roma simbolizaron y protegieron, que la de recordar la frase del antihéroe norte americano, Ernest Hemingway, con la que definió al vino. Si el autor de Por quién doblan las campanas asesinó a sus protagonistas, en el otro hemisferio, Neruda, otro magnánimo de las letras, fue amoroso, compasivo con el corazón ajeno y esperanzador.

Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, popular como Pablo Neruda, será la imagen enológica de Chile en el mundo. Por eso Undurraga, de la mano de Carlos Andrés Concha, ingeniero agrónomo y especialista en fruticultura y enología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, propone dos tipos de vino, uno blanco de Sauvignon Blanc del valle de Leyda y el otro tinto, de Cabernet Sauvignon, para llevarle al mundo el sabor de la tierra del valle de Maipo.

Leyda

Sus suelos tienen una textura fina, franco arcillosos y poco fértiles, seguido de un corte sedimentario de arcilla resquebrajada. Lo acaricia la corriente fría del Océano y una bruma costera de verano que normalmente dura hasta el mediodía. Este efecto permite una larga maduración, que asegura un proceso lento y el desarrollo de sabores y aromas intensos y frescos. El paisaje dibuja colinas delicadas lejanas, como lomos aterciopelados de toro Angus. Las vides con exposición sur maduran aún más lento y presentan grado alcohólico más bajo y una mayor frescura. Los viñedos de cara al norte maduran antes y presentan sabores y aromas con notas más golosas y tropicales.

Maipo

Miles de años dieron origen a suelos de tipo aluvial, con texturas medias, francas a franco-arenosas y bien drenados. Tierras planas, de profundidad media y moderada fertilidad. Las calicatas muestran cantos redondos a partir de los treinta centímetros de profundidad. El clima es mediterráneo, húmedo. Inviernos suaves, con promedio de precipitación anual de 350 milímetros y veranos con cielos azules sin nubes, secos, con noches frescas con multitudinaria asistencia de estrellas fugaces. Todo lo anterior asegura la producción de uvas sanas, con delicada textura y acentuado aroma.

El Sauvignon Blanc

La cosecha se realizó en forma manual utilizando canastas de 350 kilogramos, a partir de la segunda mitad de marzo. Después de una rigurosa selección, los racimos fueron despalillados y la uva cuidadosamente molida, un 50 % tuvo una maceración fría de seis a ocho horas. Luego el mosto fue prensado. La fermentación se realizó en cubas de acero inoxidable y se inoculó con levaduras seleccionadas. El proceso tomó veinte días a temperaturas que oscilaron entre 13°C y 16°C, para así extraer todos los aromas y sabores de la varieQdad.

El Cabernet Sauvignon

Después de una rigurosa selección, los racimos fueron despalillados y la uva molida cuidadosamente. Entre el 40 % y 50 % de las uvas se dejaron macerando cuarenta y ocho horas. La fermentación se llevó acabo en cubas de acero inoxidable a 18° a 20° C alcanzando temperaturas de 28°C a 30°C por un período de siete a diez días.

Después de la fermentación alcohólica se realizó una degustación para determinar la necesidad o no de una maceración post-fermentativa por siete a diez días más. El envejecimiento se proyectó al terminar la fermentación maloláctica, un 70 % de la mezcla fue introducida en barricas usadas, de roble Francés y Americano, durante 9 meses. El restante 30 % se mantiene en cubas de acero inoxidable para maximizar la expresión frutal y varietal en la mezcla final.

El producto final

Como Neruda encontró en el vino el color del día y el color de la noche, usted podrá disfrutar en el Sauvignon Blanc un tímido color verde pálido brillante. Sienta en la nariz aromas cítricos, notas de durazno e hilos invisibles de tonos herbales. Muy fresco, brioso y mineral. Mantiene sus características en boca por un largo tiempo, destacando su equilibrada acidez. Por sí solo es un aperitivo ideal, pero para acompañar ostras, langostinos tigre al mejor estilo de Job Castañeda en el Club Campestre o ensaladas verdes con frutas, como peras y fresas, así como sushi de salmón o atún, será un invitado perfecto.

En el Cabernet verá un profundo e intenso rojo. Éste Cabernet Sauvignon es carnoso, estructurado, con aromas a mermelada de mora y especias, con un elegante toque de roble acaecido de sus nueve meses de guarda. Los taninos los encontrará suaves y redondos. Sabemos ya los colombianos que este tipo de tinto combina con cortes de res, al mejor estilo del Ralph Trelles en Mundos, jamones ibéricos y quesos maduros.

Carlos Concha enfatiza que “el Cabernet es diferente, femenino, no tiene taninos tan rústicos ni estructura potente. Es suave, fácil de tomar y gastronómico, mientras que el Sauvignon, aparte de esa tipicidad mineral de Leyda, es muy equilibrado respecto a su aroma y boca”.

Para los creadores, elaborar un producto que sea el reflejo del talento de Neruda se convierte en orgullo y en una oportunidad para honrar al poeta, de la mano de un vino que esperan contribuya al desarrollo de la imagen país de la industria viñatera chilena.

http://www.elcolombiano.com/tendencias/el-vino-la-bebida-mas-civilizada-que-existe-EI5912745

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