• En Colombia no tenemos las condiciones para producir vinos de exportación; un clima poco favorable y las dificultades para mantener viñedos estables, son unas de las causas.
• Para cada tipo de vino existe un suelo, clima y región adecuado. Y Colombia no tiene la condición geográfica para producir vinos con estándares de calidad internacional.
La cultura del vino en Colombia está creciendo, cada año, son más los colombianos que se unen a la experiencia de complementar un momento con el sabor de un buen vino importado, pero ¿qué tan buenos somos en el País produciendo vino?
Existen hipótesis que aseguran que la producción del vino en Colombia se imposibilita debido a las condiciones climáticas y geográficas para cultivar la vid, a esto se le añade la falta de tecnologías que requiere el sector vitivinícola, como sistemas de riego o técnicas de producción. Si bien en el país se comercializan los productos que se hacen llamar vinos de manzana y maracuyá, estos no pueden ser catalogados como tales, puesto que son aperitivos frutales y debemos tener en cuenta que solo se puede llamar vinos a aquellos que provienen directamente de la uva.
Cabe resaltar que debemos dejar de contemplar que en el País tenemos las condiciones para crear un vino con estándares internacionales, pues si bien tenemos un enorme potencial en suelos para diferentes tipos de cultivos, estamos muy lejos de lograr ser un país referente en la producción vitivinícola. Es como si se dijera que Chile es pionero en la industria cafetera e insistiera en que es mejor productor de café que Colombia, puesto que no posee las características necesarias como la altitud que se requiere para producir con los mismos estándares de calidad de otros países.
Aunque los colombianos han tenido avances en la producción de vinos a nivel local, en diferentes territorios como Boyacá, Antioquia y el Valle; estos no han resultado compararse con los vinos importados debido a que sus estándares van ligados a la tierra, al aire, al suelo y a la amplitud térmica.
Finalmente, destaco no solo mi satisfacción como amante del sector vitivinícola por el gran interés que los colombianos han demostrado su gusto por el vino, es un impulso para nosotros como empresarios seguir fomentando su consumo más no su producción.